jueves, 17 de julio de 2014

El Amigo que no Juega

Una noche que hacía mucho calor rompí las reglas. Crucé la granja y entré al viejo establo. Estaba aburrido y no podía dormir por el constante galope y relinche de los caballos que iban y venían desde afuera. Estaba buscando el listón de primer premio que gano mi padre en la feria. El premio que reconocía a mi amigo y papá como el chancho mas pesado del condado.
Esa noche cambió todo, fue gracias a ese listón que conocí a mi mejor amiga. 
Sarah estaba ahí pequeñita, amarilla e inmóvil debajo de un cajón de madera. Cuando la vi por primera vez no se quién de los dos estaba más asustado. Nos quedamos en silencio un buen rato, una hora o más. Ella rompió el silencio y comenzó a llorar. No sabía que hacer, estaba aterrada, simplemente la abracé y susurró que quería estar con el resto de los pollitos donde quiera que estuvieran.
Mamá y Papá habían regresado, escuché sus patas sobre el lodo cuando entraron. Rápidamente volíi a mi chiquero y me acomodé en el poco aserrín limpio que quedaba. Mamá me preguntó si había hablando con alguien durante el día, mientras ella estaba ausente. Durante la cena mis padres discutían y hablaban sobre el nuevo cajón de madera que estaba en el viejo establo. La discusión terminó cuando ambos me recordaron que nunca entrara allí.  A la mañana siguiente bajé a buscar a Sarah, estaba aburrido y quería jugar. Le lancé la pelota y ella se quedó inmóvil no mostró voluntad siquiera para picarla con su pico. Me senté a su lado y simplemente le hice compañía hasta que mis padres regresaran. 
Así continué durante todos lo meses del verano hasta que llegó el invierno. A veces conversábamos pero no muy seguido, creo que ambos disfrutábamos de compartir tiempo juntos. 
El cariño que tomamos fue mutuo. Es hasta el día de hoy que la extraño. Su destino es incierto para mi, de todas formas prefiero no saber donde está ni que fue de ella. Su paradero es bueno quiero creer. Nunca me despedí formalmente pero tiene el cascabel que me regalaron cuando cumplí ocho. Ella sin decir nada lo guardó, me di cuenta por sus ojos que le gustó. Todavía lo recuerdo como si hubiese sido ayer. 
Donde quiera que esté Sarah, su recuerdo, el saber que un día la conocí y la esperanza de volver a verla, me dan fuerza para seguir.

Infografía Adrogué

En el marco de la materia "Proyecto de Investigación" realizamos una infografía de la ciudad de Adrogué. Utilicé el programa Easel.ly, para hacer infografías.